Las muestras lunares traídas por la misión Chang’e-5 de China han puesto en evidencia la naturaleza del escudo protector que alguna vez tuvo el satélite. Los fragmentos de roca analizados en laboratorios mostraron que la Luna tuvo un campo magnético durante la primera mitad de su vida.
Actualmente, la Luna no tiene un campo magnético como el de la Tierra. Recibe directamente toda la radiación espacial, lo que contribuye a su hostilidad para la vida. No obstante, la astronomía ha identificado lunas como Ganímedes, Europa y Calisto que sí poseen campos magnéticos. Este fenómeno no es exclusivo de los planetas, y en cuanto a la Luna, la idea de un campo magnético se mantuvo como una posibilidad.
En 2020, la sonda Chang’e-5 recuperó 1.7 kilogramos de muestras lunares. Fueron las primeras traídas a la Tierra desde que la era de las misiones Apolo concluyó hace aproximadamente 50 años. Con la tecnología actual, el material espacial ha permitido conocer la Luna desde diferentes perspectivas, como su pasado volcánico o la distribución de agua en minerales hidratados.
La más reciente contribución de esta nueva etapa de exploración lunar es la prueba de un campo magnético débil y fluctuante que envolvió al satélite. Este escudo, producto del fenómeno dínamo en el núcleo del satélite, generó un campo de 2 a 4 microteslas durante al menos 2,000 millones de años. Además, los científicos chinos indican que este campo solo tuvo un décimo de la intensidad actual de la Tierra durante un período comprendido entre 3,000 y 1,000 millones de años atrás.
La investigación fue liderada por el Instituto de Geología y Geofísica de la Academia China de Ciencias. De acuerdo con el estudio publicado en la revista Science Advances, los restos basálticos analizados mostraron una magnetización remanente generada por un campo magnético durante la edad media de la Luna.
El remanente de magnetización de las rocas ayudará a entender el interior del satélite. No puede haber un campo magnético sin un motor interno, y este, en la Luna, pudo regirse por el principio del dínamo: convertir energía mecánica de fluidos conductores en corrientes eléctricas.
“Esto es compatible con los modelos de dínamo alimentados por fuentes de energía de larga duración, como la cristalización del núcleo lunar o el movimiento diferencial del manto. El elixir de la diosa de la Luna parece haber hecho el truco”, menciona la investigación.
El pasado de la Luna continuará revelándose conforme sigan los estudios sobre nuevas muestras espaciales. Los científicos están particularmente interesados en aquellas que llegaron con la sonda Chang’e-6, extraídas directamente del lado oscuro del satélite.