La República Democrática del Congo (RDC) presenta una demanda penal contra la filial de Apple en Francia; según la acusación, la empresa utilizó minerales procedentes de minas ilegales del país. La acción judicial se dió a conocer el lunes 16 de diciembre de 2024 por el bufete del abogado Robert Amsterdam y otros penalistas en nombre del ejecutivo africano. Los representantes señalan que podría haber casos similares en los próximos meses: «pero Apple es sin duda uno de los objetivos más importantes por su fortaleza financiera y su insistente comunicación sobre: ‘Estamos haciendo el bien para el planeta'». La denuncia indica que la cadena de suministro de Cupertino está «contaminada» en el Congo.
La denuncia contra Apple
El gobierno de la capital, Kinshasa, asevera que Apple utilizó a sabiendas estaño, tantalio y wolframio extraídos ilegalmente en el país para la producción de componentes electrónicos esenciales de sus iPhones, iPad y Mac. Estos tres minerales son indispensables para la fabricación de placas de circuitos impresos, condensadores y componentes que permiten el funcionamiento de las pantallas táctiles y los dispositivos de vibración de los smartphones.
Se optó por presentar la denuncia en Francia, en lugar de en EE UU, donde Apple tiene su sede, porque las leyes del país europeo serían «más favorables» para este tipo de quejas. Como informa Reuters, en marzo de 2024, un tribunal federal estadounidense dictaminó que no había base suficiente para condenar a Apple y a otras empresas por presunto trabajo infantil en la extracción de cobalto en el país africano. Los dos casos no están relacionados.
Los abogados de la RDC alegan que Apple estableció un sistema de compras opaco para ocultar el origen de los minerales. Según la denuncia, la empresa de Cupertino no compraba directamente los materiales, sino que utilizaba intermediarios para engañar a los consumidores y ocultar el papel de las minas ilegales en la producción. Apple rechaza todas las acusaciones. Un portavoz de la empresa declaró a BBC: «estamos profundamente comprometidos con el abastecimiento responsable». La compañía asegura que ya ha ordenado a sus proveedores que dejen de comprar estaño, tantalio, wolframio y oro procedentes tanto de la RDC como de Ruanda. Según Bloomberg, Apple también subraya que la mayoría de los minerales utilizados en sus productos proceden de materiales reciclados, incluido «el 99% del wolframio».
El asunto sería especialmente delicado porque también afecta al sistema de certificación ITSCI, un programa financiado por la industria metalúrgica para controlar el manejo, distribución y origen de los minerales. Los abogados del Congo, citados por Reuters, explican que este sistema fue desacreditado por la Responsible Minerals Initiative (RMI), organización que agrupa a más de 500 empresas, entre ellas Apple. RMI habría suspendido a ITSCI de su lista de programas aprobados hasta 2025, criticando su ineficacia a la hora de controlar los lugares de alto riesgo.
El problema de los minerales en el Congo
La región oriental de la RDC, en particular las provincias de Kivu Norte, Kivu Sur e Ituri, lleva más de 30 años en el centro de los conflictos armados. Esta zona fronteriza con Ruanda, Uganda y Burandi, es una de las más ricas de África en minerales. De acuerdo con el Servicio Geológico de EE UU, citado por Bloomberg, la RDC y Ruanda producen más del 60% del tantalio mundial utilizado para la electrónica portátil. Una riqueza que en lugar de impulsar el desarrollo, alimenta la violencia y la inestabilidad.
En las zonas minerales de la frontera oriental del Congo operan grupos armados acusados de graves violaciones a los derechos humanos. Según numerosos informes de organizaciones humanitarias internacionales, estos grupos emplean el trabajo infantil y el comercio ilegal de minerales para comprar armas y municiones, perpetuando un ciclo de violencia que ya ha causado millones de muertos y desplazados.
La situación se ha complicado aún más por la supuesta implicación de Ruanda. De acuerdo con los informes de la ONU, citados por Reuters, muchos minerales presuntamente de contrabando pasan por puntos fronterizos entre la RDC y Ruanda, sobre todo en la región de los Grandes Lagos. El gobierno de la RDC no solo acusa al país africano de ser un corredor para el contrabando, sino también de «apoyar activamente a ciertos grupos armados de la región», en particular al Movimiento 23 de Marzo (M23) que opera en Kivu Norte. Este grupo rebelde, activo principalmente en la provincia de Kivu Norte, nació en 2012 de un levantamiento de antiguos soldados del ejército congoleño y es una de las principales fuerzas de desestabilización en el este del Congo.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.